Gerardo ,el del ojo de cristal :
Se decía en el pueblo, y probablemente fuera cierto, que salió del pueblo para casarse , que su mujer le abandonó la misma noche de bodas, y que por eso regresó a Trefacio al poco tiempo , igual que se había ido. Aquí le quedaba algo de familia: al menos una hermana y una parte de la casa familiar que se hacía enorme para sus necesidades, porque desde entonces decidió vivir solo. Toda la vida trabajando, pero poco tenía cuando volvió a casa y poco parecía necesitar para subsistir Era un hombre de baja estatura y físicamente poco agraciado; en su cara ancha destacaba el ojo izquierdo, inmóvil porque era de cristal, pero brillaba y parecía tener vida propia, sobre todo cuando Gerardo hacía su gesto más característico: una mueca con esa parte izquierda de la cara, mientras los labios dejaban entrever sus escasos dientes y una sonrisa sardónica...Con esa mueca apostillaba sus habituales comentarios, siempre mordaces, cualquiera que fuese el tema del momento.. En ocasiones se pasaba con el alcohol, porque se dejaba liar, cosa que en Sanabria tenía lugar tradicionalmente en lunes, por ser el día de mercado. Entonces, Gerardo despotricaba contra todo y contra todos: La Iglesia y las mujeres eran sus temas más recurrentes pero también los ricos, los políticos, los caciques de aquí y de allá, y todo aquel a quien la fortuna hubiera sonreído; todos ellos sin remisión tenían su ración correspondiente. Le gustaba también, desatado de inhibiciones, hacer rabiar a los niños y asustarlos sacando su ojo de cristal, y siempre salía al trapo cuando los adultos le recriminaban, tenían que dejarle por imposible: En cierta ocasión la” ti Josefa ,“( o quizás se llamase de otro modo),una señora de las de la plaza, le recriminó que anduviera hacía las 5 de mañana armando bulla por allí…y el ,lo contaba todo el rato incluyendo, entre risas, su respuesta……. -no andarías tú muy lejos ,tía pu… Aquellos excesos tampoco eran demasiado frecuentes y por esa razón, no le solían acarrear males mayores: -bastante tiene con lo suyo.. era el comentario más habitual y aún así ,en ocasiones saltaba aquellos límites ,sobre todo cuando era jaleado por los mozos del pueblo; entonces perdía el control y acababa siendo víctima de las bromas que él mismo empezaba.
Cotidianamente, veíamos a Gerardo llevando del ramal a su única vaca a pastar. La llevaba por la mañanita al ” prao del toro”, un terreno comunal apenas utilizado, porque ya no existía entonces el toro semental, inquilino natural de dicha pradera, y signo de mejores tiempos de la ganadería en Trefacio ;pasaba buena parte de la mañana haciéndole compañía. De atardecida, la devolvía a casa. Así, todos los días, esa era su rutina, cuando le conocimos.
En Sanabria, con la salud no había
términos medios: te encontrabas en todos
los pueblos algunas personas muy
longevas,sobre todo hombres en gran medida porque las mujeres soportaban más de la mitad de la carga tanto de los trabajos como de los cuidados-con
noventa y tantos años, fuertes y sanos,
verdaderos supervivientes de la selección
natural, pues habían trabajado tanto como
los demás que era mucho, pero algo no
perceptible les daba esa naturaleza -la buena encarnadura ,se decía..pero Gerardo no era de esos, y sin
llegar a los 65 años, reunía algunos
achaques de importancia, aparte lo del ojo,
que se atribuía a un accidente laboral:también padecía un reumatismo poli
articular, muy malo de llevar en estas
tierras, y lo que es peor, una enfermedad
pulmonar obstructiva crónica,
probablemente iniciada en el trabajo de construcción de los túneles del Padornelo y La Canda, que ,curiosamente no figuraban cotizados en su vida laboral ..era un misterio ,pues lo seguro es que había trabajado allí de joven,aunque no lo tuviera acreditado En el tema de las incapacidades,sólo valen los papeles :
Como en muchos otros lugares ,donde reina la ignorancia y la picardía de quienes se benefician de ella, se había creado
con el tiempo una red de corrupción muy tupida , que
alcanzaba desde los funcionarios,
administrativos, inspectores y políticos
caciques de diverso rango a los miembros
de los tribunales médicos, abogados,
etcétera.Lo que también explica que un caso de
simple justicia, como nos parecía este, se
tratase con un rasero difícil de alcanzar: No
vale tener razón, lo importante es tener
papeles timbrados donde ésta se acredite,
al margen de que sean fraudulentos, como
sucedía en muchos casos. Nos llevó más
de un viaje a Zamora a plantear
humanamente su caso, y darles guerra con
él, aparte, claro está, las consiguientes
revisiones de evolución de sus
enfermedades, hasta que, por fin, la
Inspección y el Tribunal Medico
aprobaron un expediente favorable para
Gerardo.
No obstante, el caso tomó un rumbo
inesperado:
Joseba y yo habíamos ido a
Zamora aquel día, y volvíamos, ya entrada
la tarde.
Nada más llegar, notamos algo
enrarecido en el ambiente, silencio y
murmullos el torno al bar la Caseta:
Nos comunican que el Juez de
Puebla está en Trefacio y que nos
presentemos ante él en el Ayuntamiento:
Gerardo, según los indicios, se ha
suicidado y nos correspondía hacer la
autopsia…
…..aunque en nuestra ausencia había
llegado el médico de Puebla y como este
compañero había actuado ya en muchas
ocasiones de forense, se prestó a llevarla a
cabo, salvándonos de esa responsabilidad.
En todo caso se trataba de un trámite,
pues Gerardo no dejó nada al azar:
Había afirmado la soga en la viga
principal de su habitación, Se la lazó al cuello y acto seguido se
lanzó por un ventanuco al exterior de la vivienda quedando suspendido al lado de la pared y
ahorcado.
Después de un suceso tan trágico como
este, se buscan toda clase de
explicaciones, razones y también indicios o
señales previas:…. que si estaba taciturno
días atrás, que si había dicho o no había
dicho, cada cual tenía su teoría particular.
Chamarín , el del chigre y tienda para todo, era quien le había vendido la
soga y aseguraba haber notado algo
extraño en su comportamiento, pero no se
atrevió a entrar en detalles:
-No me dijo para qué iba a usarla…y
señalaba pidiendo comprensión..¿ ..Y
quien le pregunta a Gerardo para que
quiere una soga de 5 metros…? ….Podía
contestarte cualquiera cosa ¿O no?
Lo cierto es que sorprendió a todos,
también a nosotros, aunque tampoco le vimos
entusiasmado por lo de la
pensión…pero…
De cualquier modo, y en honor a la
verdad, se despidió Gerardo dejando un
mensaje a cualquier buen entendedor:
sobre su cama, impecablemente hecha, el traje de domingo, una camisa limpia, unas
tijeras según la costumbre sanabresa, unas
botas nuevas,
….y bien a la vista, cuidadosamente
doblado el impreso certificado que le
notificaba la aprobación de su
expediente de invalidez, y la cuantía
económica con efectos de esa misma
fecha
Como decía Barel el practicante, que
curiosamente también era tuerto del ojo
izquierdo..
……Este cabrón de Gerardo vaya
como nos la jugó, .!!...
Genio y figura hasta
la sepultura…!!
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