MUERTE DE LA MEDICINA CON ROSTRO HUMANO
nota de solidariosdelasanidad al artículo de Juan Gervas publicado en ACTA MÉDICA: estas reflexiones deberian servir gente como Verónica Casado,consejera de Sanidad y Bienestar Social de Castilla y León ,que pretende llevar a cabo un plan específico para deshumanizar la Atención en el medio rural, el contenido en el Nuevo Modelo de Asistencia Sanitaria Rural, y que tenía en el plan piloto de Aliste, su planteamiento experimental.Ahora los intereses políticos encontrados en algunos de sus aspectos entre el Gobierno Regional y el PSOE , mantienen las dudas, acentuadas por la crisis del Covid19.De la lucha de los pueblos resistiendo a esas medidas va a depender el futurohttps://www.saludcastillayleon.es/institucion/es/sanidad-rural.ficheros/1473616-Nuevo%20modelo%20de%20Asistencia%20Sanitaria%20en%20el%20Medio%20Rural%20-Documento%20
“Quiero que me vea mi médico”
Reflexión/soliloquio sobre uno de los efectos que ha traído consigo la pandemia de la Covid-19: el cierre de los centros de salud y la desaparición del médico de cabecera, pues se ha instaurado una medicina totalitaria que se mueve por protocolos y por indicadores y en la que la persona tiene poco que decir, entre otras razones porque le han suprimido su médico de cabecera.
A la Dirección: “Quiero que me vea mi médico”
Se me ha impuesto la muerte de mi madre en condiciones indignasMi madre es una víctima de la pandemia del coronavirus
Ha habido muertes evitables durante la pandemia
Mi madre murió sola en el hospital
Mi madre no se infectó en casa con el coronavirus
Dicen que murió de cáncer de pulmón
Desde luego empezó a toser “de otra manera”
No era la tos de siempre, del enfisema
Llamamos y llamamos, por tos “de siempre pero distinta”
Preguntaban que si tenía fiebre
No, no tuvo fiebre
Simplemente dejó de comer y adelgazó
Cuando al final la llevé a urgencia estaba en 40 kilos
No me dejaron estar con ella, ni siquiera pasar
La ingresaron, “tiene una imagen sospechosa en pulmón derecho”
Al cabo de una semana me llamaron para decirme que había muerto
Había muerto de Covid
Se lo pilló en el hospital, sin duda
Me llamaron otro día para recoger sus cenizas
¿Cómo hemos podido degradarnos hasta tal punto?
¡Morir en soledad no querida!
Mi madre no fue vista por su médico de cabecera
Ningún médico vino a verla a casa
En realidad hace tiempo que mi madre no tiene médico de cabecera
El centro de salud se ha ido convirtiendo en un castillo
El centro de salud sigue convertido en un castillo
Ahora es un super-castillo
El tiempo de espera es indefinido, todo es por teléfono, o por vídeo
Llamamos una y otra vez, y nadie vino
Consejos por aquí, consejos por allá
Antes ya teníamos quince días de espera cuando pedíamos consulta
Nuestro médico de cabecera, el que nos conocía, se jubiló el año pasado
Mi madre es una paciente difícil, dicen ustedes
Es decir, mi madre pregunta los porqués
Tras la jubilación del médico de cabecera hemos tenido tres en un año
Mi madre ya no tiene médico de cabecera
El médico de mi madre es “el que toca”
Unas veces es una chica joven interina, que apenas está unos meses
Otras muchas veces es cualquiera del centro de salud, “su médico no está”
A esto lo llaman “ingeniería financiera”, con gran enfado de los ingenieros
Ahorran y recortan sin piedad
Dicen que es por “la crisis”, pero no puede ser que vivamos en crisis siempre
Ahora, con la pandemia, todo se ha llevado a su extremo
Se cerraron las consultas, y nos encerraron en casa
Mi madre tenía Parkinson, diabetes y EPOC
La vida de mi madre era fecunda, disfrutaba de la vida con sus limitaciones
Estaba a mi cuidado, y del de Sandra Milena, la colombiana
Mi madre adoraba a Sandra Milena
Cuando llegó la pandemia mi madre me pidió que cuidara a Sandra Milena
En su honor estoy pagando el sueldo a Sandra Milena
Se lo pagaré durante un año, una forma informal de indemnización
Ahora tengo que cuidarme yo, con mi corazón
Es una insuficiencia cardíaca
Tenía revisión, pero dicen que se prioriza todo lo que sea Covid
Dicen que lo mío es demorable
Quiero ver a mi médico de cabecera, al menos al que tengo en teoría
De nuevo es una médica joven
Lo he deducido por la voz: “Soy Mirella, su médica de familia”
Me resuena como estar hablando con una máquina
Hace preguntas irrelevantes, a mí ahora lo que me duele es lo de mi madre
Se lo he intentado contar, y me ha escuchado “profesionalmente”
Es decir, con distancia, como el que oye llover
La Dra. Mirella no conoció a mi madre, no sabe de su ironía e inteligencia
Por lo visto ya todo va a ser con cita, ya no se puede ir al centro
En mis paseos, ahora que se puede finalmente pasear, he visto el centro
Está “amurallado”
Los pacientes esperan en la calle, ¡menos mal que hace bueno!
Es una fila de por lo menos 20 personas, con “la distancia de seguridad”
He hecho la cola, pero en la puerta el filtro (“triaje” lo llaman) es implacable
“¿Tiene cita?” No
“¿Es urgente?” No sé a lo que llaman urgente
“¿Tiene fiebre?” No
“Pues entonces no es urgente”
Vuelta a casa, rumiando los comentarios oídos en la cola
“A mi padre le dijeron que, si no tenía fiebre, no era nada. Dolor de espalda”
“Todo por teléfono, nos mandaban analgésicos”
“Al cabo de los días, vómitos”
“Al final, septicemia por infección renal, ingreso y muerte en soledad”
“¡Ójala no lo hubiéramos ingresado!”
He estado pensando en todo ello mientras hacía mi trabajo en casa
He entrado en Internet
Por ejemplo, en Noruega no es así, siendo todo público como en España
En Noruega cada médico tiene su consultorio, o con uno o dos compañeros
En Noruega tu médico de cabecera es tu médico de cabecera
En Noruega el médico de cabecera es un profesional independiente
En Noruega cada médico tiene una “lista de pacientes”, y la cuida
En Noruega no se habla de “abusuario”
Aquí, en España, se imponen tonterías sin sentido y nos marean todo el día
Luego, cuando los pacientes aprenden, los llaman “abusuarios”
Nada dicen de ellos mismos, que tienen que cumplir con los indicadores
Yo creo que ahora están priorizando las consultas presenciales estas
Digo, las consultas presenciales en relación con los indicadores
No somos importantes las personas, sino los números
¿Cómo lo admiten los médicos de cabecera?
Las consultas presenciales son fundamentales, la esencia de la medicina
Son encuentros directos, cara cara y “humanos”
Ahora quieren que sean infrecuentes
“El oro en la Nueva Normalidad”, he leído
Lo frecuente serán los encuentros virtuales, “telemedicina” dicen
Es decir, que los encuentros directos (presenciales) serán cosa de ricos
Es decir, se negarán a los pobres del sistema sanitario público
Aumentará la privada, claro, para quienes puedan pagárselo
Y aumentará la medicina alternativa, en busca de humanidad
En las consultas directas nos pueden tocar (y “oler”)
Pero si hemos admitido como “normal” la muerte en soledad ¿qué esperar?
La pandemia nos ha convertido en bestias inhumanas
La pandemia es “La muerte de la medicina con rostro humano”
Siempre ha habido encuentros indirectos
De hecho, mi madre muchas veces preguntaba cosas para mí
Era cuando teníamos médico de cabecera, y me conocía
A veces, raramente, era yo el que consultaba y preguntaba por mi madre
Consultas indirectas son por tercera persona, o por medio de tecnologías
En el futuro habría que esperar más consultas indirectas, de tecnologías
En el futuro se esperan más consultas presenciales a domicilio
Pero el futuro que nos presentan en los centros de salud es distópico
Es la dictadura de la gestión y del corporativismo, la medicina totalitaria
Todo por los indicadores, nada por los pacientes
El centro de salud distópico “perfecto” es un centro vacío, sin pacientes
“Bueno, alguno habrá, no nos pasemos”
“Sí, bueno, alguno”
Es un centro distópico gobernado por protocolos, con indicadores al 100%
El futuro es un centro de salud irrelevante, convertido en un castillo
Un castillo inexpugnable
Me voy a hacer un seguro privado que ofrezca médico de cabecera
Lo siento porque sé que lo público es lo que hace vivible la sociedad
Pero quiero que me vea mi médico de cabecera
Quiero que me escuchen en vivo y en directo, de cuerpo presente
Quiero que me vea mi médico en una consulta presencial, directa
QUIERO QUE ME VEA MI MÉDICO DE CABECERA ¿VALE?
Me confieso aterrado no sólo por esa forma de medicina distópica que parece querer quedarse… Sino por la distopía social total.
Ojalá no nos olvidemos (espero que no lo hayamos olvidado ya) de que lo importante no es sobrevivir, sino Vivir.